Fondos renta variable

Os hemos hablado varias veces de los fondos de inversión, sus características, si os convienen o no y cuántos tipos existen. La verdad es que la variedad es cada vez más extensa, pero hay algunos en los que merece la pena pararse y ver detenidamente en qué consisten, pues pueden ser muy interesantes de cara al futuro. Es el caso de los fondos de renta variable, un producto del que os vamos a hablar en este artículo. Pero antes, como solemos hacer, vamos a definir lo que es un fondo de inversión por si hay alguien desubicado, aunque la mayoría ya os lo sabéis de memoria seguro: Se trata de un producto de ahorro por el cual el cliente que lo contrata invierte un dinero que confluye en dicho fondo junto a las inversiones de otros clientes formando un conjunto de participaciones cuyo total se dedica a comprar y vender instrumentos financieros como acciones o valores de renta fija, entre otros.

¿Qué son entonces los fondos de renta variable?

Al grano, que nos despistamos. Un fondo de renta variable, como bien indica su nombre, es aquel que invierte la mayor parte de su patrimonio en activos de renta variable, como pueden ser acciones de diferentes empresas con cotización en los mercados financieros internacionales. En definitiva, cuando compramos un fondo de renta variable nos estamos convirtiendo en dueños de un pequeño porcentaje del capital de un montón de empresas.

Estos activos no garantizan de ninguna manera rentabilidad, pues esta depende de factores como la evolución de las acciones o empresas en las que se invierte, su situación económica o directamente los movimientos que realizan los mercados financieros, que son volátiles por definición.

Para que un fondo sea considerado de renta variable, su inversión no tiene que estar centrada al 100% en activos de renta variable, de hecho, en España la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) establece que dicha inversión debe ser del 75%.

¿Cuántos tipos de fondos de renta variable hay?

Vamos a hacer una clasificación sencilla:

Por un lado podemos hablar de fondos geográficos, estamos hablando de fondos que invierten en renta variable de determinadas áreas geográficas. Imaginemos un fondo que invierte exclusivamente en acciones de compañías americanas.

Por otro lado existen fondos que no tienen limitaciones geográficas, pueden invertir en todo el mundo pero sólo en temáticas o sectores específicos. Por ejemplo, ahora que está tan de moda un fondo que invierta sólo en empresas tecnológicas radicadas en cualquier lugar del mundo.

Si analizamos lo ocurrido a lo largo de la historia, vemos como la renta variable es el activo que más se mueve (mayor volatilidad tiene) pero también el más rentable.

“Un fondo de renta variable es aquel que invierte la mayor parte de su patrimonio en activos de renta variable, como pueden ser acciones de diferentes empresas con cotización en los mercados financieros internacionales.”

Si nuestro perfil lo tolera y nuestro horizonte de inversión es de largo plazo la renta variable es nuestro activo.

Una interesante forma de invertir en renta variable es hacerlo de poco en poco, me explicaré. Los fondos de inversión nos permiten invertir una cantidad fija todos los meses de esta forma conseguimos entrar en diferentes momentos de mercado minimizando la incertidumbre del momento de entrada. 

Como hemos dicho, invertir en ellos no nos garantiza ningún tipo de rentabilidad, de hecho, esta puede ser negativa, llegando a perder el dinero invertido. Por ello, los fondos de inversión de renta variable están dirigidos a perfiles más arriesgados, pues al depender de tantas variantes del mercado, el riesgo es mayor que en la renta fija, lo que se traduce también en más posibilidades de obtener una rentabilidad mayor, aunque repetimos: no está garantizada.