7 claves para recordar cuando aumenta la volatilidad

En toda inversión, la volatilidad es normal: como inversores, debemos tomar distancia y tratar de reaccionar racionalmente, en lugar de reaccionar visceralmente cuando las cosas se ponen difíciles.
No hay que dejarse arrastrar por el tono general del mercado: el pánico del inversor o dejarse llevar por el movimiento general del mercado y vender en momentos en los que la acción o el fondo está bajando, puede ser la peor opción. La historia nos demuestra que no tomar decisiones en momentos de nerviosismo y saber esperar son los mejores aliados para obtener buenos rendimientos.
Invertir en renta variable a largo plazo suele dar sus frutos: la clave es no olvidar que invertimos a largo plazo. Por ejemplo, gracias a estos dos gráficos podemos comprobar la evolución del índice bursátil MSCI World. En el primero, se representa la rentabilidad de cada año, donde vemos que, en los últimos 50 años, ha habido varios ejercicios con rentabilidades negativas, en algunos casos muy elevadas. En el segundo, se recoge la rentabilidad acumulada. En este caso apreciamos, por ejemplo, como la importante caída del 2008 se recuperó totalmente en 2012.

Las caídas del mercado pueden generar oportunidades: con frecuencia, las caídas en los mercados representan más una oportunidad de compra que una razón para vender. Esto es así, pero resulta difícil que los inversores lo interioricen, ya que la tentación de la venta es muy grande y pocos se plantean entrar en momentos de bajada.
Las inversiones periódicas generan beneficios que se van acumulando: encontrar el mejor momento para comprar es muy complicado, por eso lo ideal es entrar en diferentes momentos. Para eso, tener un plan de inversión lo más automatizado posible es la mejor ayuda. Por ejemplo, si se invierte a través de fondos de inversión, puede establecerse un plan para realizar una aportación a primeros de mes, sin necesidad de dar una orden concreta.
Diversificar la inversión ayuda a generar mejores rentabilidades: la conocida frase: “no poner los huevos en la misma cesta” es totalmente cierta. En momentos de volatilidad alta, no todas las inversiones se comportan igual. Haber invertido en diferentes mercados y sectores puede equilibrar la situación y evitar caídas de valor importante.
Invertir en valores de calidad da fruto a largo plazo: tener una cartera de valores basada en acciones value, es decir, activos de empresas de reconocida solvencia y buenos datos fundamentales (empresas con estabilidad de negocio y que consiguen beneficios de forma recurrente), puede dar más tranquilidad de cara a conseguir resultados de la inversión a largo plazo.

[La información contenida en el presente documento no constituye asesoramiento en materia de inversión ni constituye una “Recomendación de inversión” según lo definido en el art. 3.1 (34) y (35) del Reglamento (UE) 596/2014 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre abuso de mercado ("MAR"). Dicha información tiene una finalidad meramente informativa y ha sido elaborada con independencia de las circunstancia y objetivos financieros particulares de las personas que la reciban. Por tanto, la información contenida no constituye asesoramiento en materia de inversión ni debe entenderse como recomendación, consejo o sugerencia de estrategia de inversión y no deberá ser interpretado en ningún caso como una oferta de venta o compra de valores o de instrumentos financieros relacionados, ni de realización de operaciones financieras por parte de Ibercaja.]

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