08/09/2020 | 4 minutos
Cuando estamos en plena temporada de hacer la declaración de la renta, todos nos volvemos locos a la hora de ver qué gastos nos podemos quitar y cómo podemos pagar menos a Hacienda, es prácticamente ley de vida, para qué escondernos. Lo cierto es que, durante ese proceso, conviene aprenderse una serie de conceptos que nos van a venir bien para saber qué estamos haciendo y como. Es el caso de la deducción fiscal, cuyo objetivo no es otro que aumentar la cantidad de dinero que nos devuelven del IRPF o reducir la cantidad que tenemos que pagar, aunque eso dependerá de si nos sale a pagar o a devolver. Hay que señalar que una deducción fiscal y una exención fiscal no son lo mismo, pero eso lo veremos más adelante.
Se trata de un concepto que afecta principalmente a empresas y autónomos, no es más que una reducción de los impuestos que el contribuyente paga a Hacienda, siempre dentro de la legislación vigente en ese momento. Lo normal es que afecte a los gastos derivados de la actividad profesional del contribuyente y es la ley la que se encarga de definir qué gastos o inversiones son deducibles. Lo normal es que atiendan a una voluntad gubernamental de fomentar determinados aspectos o políticas como la maternidad o el mecenazgo.
Hay dos tipos de deducciones fiscales, dependiendo de a qué nivel de legislación estén sujetas:
“Es la ley la que se encarga de definir qué gastos o inversiones son deducibles.”
Una deducción fiscal puede afectar tanto al IVA como al IRPF:
La principal condición que tiene que cumplir un gasto para ser susceptible de deducción es que venga derivado de la actividad económica del contribuyente. Además, hay otros requisitos que merece la pena que destaquemos:
Estamos viendo que una deducción fiscal hace referencia a impuestos que tenemos que pagar pero que nos son devueltos gracias a determinadas condiciones fijadas por ley. Es por ello que no conviene confundirlo con las llamadas exenciones fiscales, un concepto relativo al privilegio, establecido por ley, que excluye del pago de un impuesto, ya sea por equidad, conveniencia o por política económica.
Una vez tengas claros estos conceptos, ya podrás sentarte a mover papeles y ver qué te puedes quitar y qué no, pero esperamos que habiéndote dado estas pautas y requisitos lo tengas algo más fácil. Aún así, siempre puedes consultar a un experto cualquier duda que tengas ya que son temas serios que conviene tener bastante atados.
No todo el mundo tiene las mismas necesidades, y queremos que encuentres la solución que mejor se adapte a tu situación.