17/05/2021 | 8 minutos
¿Qué es la inversión sostenible?
En los últimos años, la concienciación sobre el cuidado del medio ambiente ha crecido sobremanera y poco a poco podemos ver cómo se trata de un movimiento que nos beneficia a todos. Su expansión es tal, que ha llegado a calar en los sectores más insospechados. Y diréis, ¿esto no es la web de un banco? Pues sí, pero es que esta concienciación también ha llegado al mundo de las finanzas, con entidades bancarias promocionando productos cada vez más éticos y respetuosos con el entorno que nos rodea. Con todo esto, se han ido introduciendo nuevos conceptos en el sector bancario que os queremos dar a conocer. Uno de ellos es el de la inversión sostenible, que está presente entre nosotros desde hace ya algún tiempo pero que aún así, hay gente que todavía no conoce. Si eres uno de ellos que no sabe muy bien de lo que estamos hablando, sigue leyendo porque esto igual te interesa.
Por inversión sostenible entendemos un tipo de inversión que a la hora de llevarse a cabo, tiene en cuenta criterios ambientales y sociales para no solo buscar un rendimiento económico, también pretende tener un impacto positivo en nuestro entorno. Busca influir en empresas y particulares para realizar buenas prácticas e incluir en sus carteras de inversiones a aquellas otras empresas y proyectos que más contribuyan al medioambiente y a la sociedad.
¿Qué productos puedo contratar para empezar a invertir de manera sostenible?
La forma más común de invertir de manera sostenible es a través de los fondos de inversión. Obviamente no estamos hablando de unos fondos comunes como los que os hemos explicado en otras ocasiones.
Esta vez se trata de fondos de inversión sostenible y responsable, que al igual que os decíamos antes, tratan de buscar rentabilidad, pero siempre a través de los criterios ambientales y sociales.
Los criterios ASG
Además de los criterios estrictamente financieros -rentabilidad, riesgo y liquidez-, la inversión sostenible incluye criterios ASG- ambientales, sociales y de gobernanza.
A (ambientales). Son criterios que consideran actividades que afectan de forma positiva al medio ambiente: la no contaminación del aire y agua, la lucha contra el cambio climático, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la eficiencia energética, el respeto a la biodiversidad, el uso de energías renovables, etc.
S (sociales). Incluyen aspectos relacionados con la salud, la educación, los derechos humanos, los derechos de los trabajadores (riesgos y condiciones laborales, explotación de niños o inmigrantes o de personas en riesgo de exclusión social…). Los criterios sociales buscan, entre otros objetivos, reducir la desigualdad a través de la inclusión de los colectivos más desfavorecidos.
G (buen gobierno). Se refieren a cuestiones de gobierno corporativo de la empresa, a la calidad de la gestión y a su cultura; ejemplos de factores o elementos de buen gobierno son la rendición de cuentas, la independencia y composición de los órganos de gobierno, la reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres, la presencia de las mujeres en cargos directivos, la no discriminación de los trabajadores por sexo, edad, capacidad, etc.
Podemos encontrar productos sostenibles en fondos de inversión, planes de pensiones y bonos verdes, aunque estos últimos están más dirigidos a inversiones institucionales.
Los fondos de inversión y planes de pensiones calificados como sostenibles consideran los criterios ASG a la hora de decidir en qué compañías invertir los ahorros de sus partícipes y no sólo criterios de máxima rentabilidad esperada. Sin embargo, lejos de lo que en principio pudiera parecer, la sostenibilidad no está reñida con la rentabilidad. De hecho, en este año 2020 los fondos calificados como ASG han mostrado mejores resultados que sus homólogos sin esa clasificación.
Productos financieros sostenibles:
Como es obvio, todos aquellos productos que sigan los criterios mencionados anteriormente, son considerados como productos de inversión sostenible. En Ibercaja tenemos una cartera de servicios destinados a este fin que podéis consultar en nuestra web.
Como veis, cada vez son más las entidades financieras que buscan tener un impacto social en su trabajo. Además, la cartera de productos de inversión sostenible va creciendo y por ello, las alternativas son cada vez mayores. Así que si estáis interesados en colaborar con el entorno que os rodea a la vez que buscáis la rentabilidad de vuestros ahorros, no dudéis en seguir buscando información sobre este tipo de inversiones.
No todo el mundo tiene las mismas necesidades, y queremos que encuentres la solución que mejor se adapte a tu situación.