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16/02/2023 | 4 minutos

Razones para invertir

Seis razones por las que empezar a invertir

Seis razones por las que empezar a invertir

1. Mantén tu poder adquisitivo

El efecto de la inflación hace que puedas adquirir menos bienes y servicios con tu dinero. Adquirir productos básicos es un 7% más caro que hace un año, lo habrás notado con el simple gesto de llenar el carro de la compra. Una buena forma de combatir esa pérdida es invertir tus ahorros para que generen rentabilidad. La idea es compensar la inflación con los rendimientos que te reportan tus inversiones, de esta forma, aunque los precios suban, tu ahorro también irá creciendo. Y sí, es algo más sencillo de lo que crees: basta con que des el primer paso.

 2. Tu ahorro crece mientras duermes

La forma más básica de generar ahorro es ir apartando de nuestros ingresos una parte que no nos gastaremos. Esta es la base, pero el patrimonio no solo se construye a base de administrar el bolsillo: el secreto está en hacer que tu dinero trabaje por ti. ¿Cómo? Invirtiendo tus ahorros, es decir, sacándoles, aunque sea una mínima rentabilidad, te irás generando un extra para el momento en el que lo necesites. ¿Te imaginas que tu ahorro siga trabajando mientras duermes? Por ejemplo, con algunos productos básicos que están a tu alcance y en tu mismo banco, puedes invertir a la vez en empresas de distintas partes del mundo. Así, aunque apagues la luz de tu habitación hasta la mañana siguiente, tu dinero seguirá produciendo.

3. El efecto ‘bola de nieve’

Invertir tus ahorros en un producto que genere algo de rentabilidad tiene un efecto doble. Por un lado, se van generando intereses sobre lo que vas aportando, pero por otro, además, se generan intereses sobre ese dinero nuevo que te ha hecho ganar el producto. Para que lo entiendas mejor, es como un efecto bola de nieve en el que gracias al paso de los años y a ir acumulando un dinero que genera intereses, aunque tengas épocas en las que no ahorres o no aportes, tu acumulado seguirá creciendo. 

4. El tiempo juega a tu favor

Primero porque, como has podido comprobar con el interés compuesto, cuanto más tiempo le des a tu dinero para que engorde, mejores resultados obtendrás.

Segundo, porque al invertir a largo plazo y si eres constante con tu plan, tu inversión será más resiliente ante los imprevistos. Los baches puntuales se diluyen a largo plazo. La Gran Depresión de 1929, la Segunda Guerra Mundial, la burbuja tecnológica de las puntocom o la reciente crisis financiera de 2008 son solo algunos ejemplos de eventos que provocaron un shock en su momento y pérdidas relevantes a muchos inversores. Sin embargo, todos tienen algo en común y es que en el largo plazo se han desdibujado: la bolsa se ha sobrepuesto a todos estos hitos y ha subido después. Es decir, con tiempo y visión de largo plazo, evitando retirar el dinero en los peores momentos, es posible ganar invirtiendo, más posible quizá de lo que habías imaginado.

5. Invertir más allá de la bolsa: hay opciones para todos

Muchas personas asocian la palabra invertir a la bolsa, a algo sofisticado, lejano, para listos, etc. Pero todos estos clichés son falsos. Invertir no es solo comprar acciones en bolsa y mucho menos acertar con lo que subirá. Existen distintas formas de hacerlo, distintos productos para canalizar tu ahorro y sacarle rentabilidad que, además, están capitaneados por un equipo gestor que es experto en ello y ha dedicado su vida profesional a seleccionar las mejores inversiones para cada perfil. Ese es el segundo argumento y es que dentro de toda la gama de productos que están a tu alcance y que quizás no conozcas en profundidad, los hay con diferentes niveles de riesgo en función del que puedas y quieras asumir. 

6. Paga menos en tu declaración de la Renta

A nadie le gusta pagar más de la cuenta a la hora de hacer la declaración de la Renta y tu ahorro te puede brindar la posibilidad de rebajar esa “factura” anual con Hacienda. Por ejemplo, con la desgravación que ofrecen los planes de pensiones, en los que puedes aportar 1.500 euros al año que después reducirán el importe de tu Renta anual. También hay productos de ahorro, como los SIALP o los PIAS, en los que no tienes que tributar por las ganancias que obtengas siempre que los mantengas el tiempo establecido (normalmente 5 años). Otras vías, como los fondos de inversión, te permiten cambiar de opinión y por lo tanto de producto tantas veces como quieras sin tributar hasta que recuperes tu dinero. 

 

 

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