15/05/2025 | 4 minutos
A la hora de planificar tus inversiones, es importante que conozcas todas las opciones que te ofrece el mercado, de manera que puedas elegir un producto financiero que se adapte a tus necesidades y a tu horizonte de inversión.
En este artículo te contamos qué es un fondo cotizado o ETF, cómo funciona y qué elementos debes tener en cuenta si quieres invertir en este producto que está revolucionando el mercado.
Los fondos cotizados o ETF (Exchange-Traded Fund, por sus siglas en inglés) se han convertido en uno de los productos financieros más populares en los últimos años, un fenómeno que va a más. Se trata de fondos de inversión cuya característica principal es que, a diferencia de los fondos tradicionales, se negocian en mercados secundarios de valores, como las acciones o los bonos. Tienen la peculiaridad además de que replican un determinado índice de referencia.
En 2024, el mercado de los ETF europeos cerró con cifras de récord al crecer un 40% respecto al año previo y captar más de 250.000 millones de euros, según las principales gestoras de inversiones.
Aunque en Estados Unidos nacieron antes, en Europa los primeros ETF cotizaron con el comienzo del siglo XXI en Londres y Fráncfort, y en 2002 llegaron al EuroStoxx 50. Respecto a España, en 2005 se aprobó el reglamento que contempla la negociación de ETF como inversión.
Hay mucha variedad de tipos de fondos cotizados y, de hecho, una de sus características es su gran flexibilidad. Los más habituales -los tradicionales- van referenciados a un determinado índice bursátil, con lo que suben o bajan si lo hace este. Pero también hay ETF inversos, que suben cuando el índice cae y al revés. O apalancados, con los que duplicas o hasta triplicas la exposición al índice elegido, con lo que los beneficios y las pérdidas potenciales también se duplican o triplican.
Los ETF se negocian durante el horario de mercado habitual, al igual que las acciones y con el mismo procedimiento de estas, sin necesidad de esperar a valorar la cartera del fondo y a tener un precio al finalizar la sesión.
Por otro lado, los fondos cotizados son cestas de varios activos con los que con una única transacción se invierte en una cartera diversificada de valores, la correspondiente a su índice de referencia, mientras que las acciones representan participaciones en una empresa concreta.
En el mundo hay miles de ETF, tanto de mercados consolidados como emergentes. Los más importantes por volumen se localizan en Estados Unidos. En Europa, el mayor proveedor de fondos cotizados es con diferencia iShares, de BlackRock, con una cuota de mercado superior al 40% y cerca de un billón de euros en activos.
La principal distinción entre los ETF y los fondos de inversión es que los primeros pueden negociarse en bolsa. Aquí te detallamos un poco más qué diferencia a unos y a otros.
Las participaciones de los ETF se negocian en tiempo real, de manera que durante el horario bursátil puedes invertir y desinvertir en cualquier momento, incluso varias veces al día, lo que supone un extra de liquidez. De esta forma, la operativa de compra y venta es similar a la de las acciones. Y, al no tener que esperar a finalizar la sesión, los ETF aportan una flexibilidad extra.
Los ETF se gestionan de forma pasiva e indexan el rendimiento de un índice subyacente determinado con el objetivo de obtener el rendimiento de un mercado. Suelen ser más recomendables a largo plazo. Por el contrario, los fondos gestionados de manera activa tratan de mejorar el rendimiento del mercado, con lo que implican también más riesgo.
El inversor en fondos puede diferir el pago de impuesto por las plusvalías generadas traspasando sus participaciones de un fondo a otro, mientras que el inversor en ETF, si quiere cambiar de producto, tiene que vender el ETF, pagar impuestos si ha obtenido una ganancia y reinvertir el neto en el producto de destino.
La popularidad que han obtenido los fondos cotizados en los últimos años se debe a sus características. Por un lado, proporcionan una cartera diversificada y evitan la concentración, aunque sin necesidad de invertir en todos los valores que integran los índices de referencia. Además, ofrecen transparencia, porque puedes ver en tiempo real la evolución de tu inversión, y un coste bajo respecto a otros productos como los fondos activos.
Sí que debes tener en cuenta que, como todo producto de inversión, conlleva riesgos que debes asumir y de los que te tienes que informar bien antes de invertir en ellos y tener en cuenta la volatibilidad del mercado o los riesgos asociados a cada índice concreto.
Lo primero que deberías plantearte es cuál es tu perfil de inversión gracias al test de idoneidad que tendrás que hacer de forma previa a la contratación, si conservador, moderado o agresivo. En función de ello podrás elegir el EFT que se adecúe a tu perfil inversor resultado del test de idoneidad, que puede estar ligado a la minimización de riesgos, con lo que puedes buscar uno de renta fijas, o a la búsqueda de mayores retornos, con lo que deberías apostar por ejemplo por sectores emergentes.
Ahora ya te has hecho una idea de en qué consisten los EFT, una opción versátil para cualquier inversor, que ofrece la posibilidad de acceder a mercados globales con una estrategia sencilla y eficiente.
No todo el mundo tiene las mismas necesidades, y queremos que encuentres la solución que mejor se adapte a tu situación.