18/03/2025 | 5 minutos
Tener claros tus objetivos es el primer paso para fijar una estrategia que te permita alcanzarlos. Esos propósitos pasan por tu formación y tu trayectoria profesional, tu familia, el deporte y, cómo no, por tus finanzas personales. De hecho, tus decisiones financieras probablemente tendrán mucho que ver en la planificación para alcanzarlos.
Definir metas para tus finanzas personales o familiares te proporcionará tranquilidad para tu futuro, beneficios económicos y más motivación para alcanzarlas. Para ello, es importante analizar la situación inicial, definir tus objetivos, ser realista con el horizonte temporal para conseguirlos, comprometerte con el plan elaborado y ser constante.
Cuando comienzas a trabajar y tienes tus primeros ingresos estables, cuando tu familia crece, cuando te planteas comprar una vivienda, quieres cambiar de coche, hacer un gran viaje, jubilarte con tranquilidad, organizar una fiesta familiar… los objetivos pueden ser tan variados como las personas.
En este artículo te damos consejos para que puedas diseñar unas metas financieras adecuadas, priorizando las más importantes y relegando las menos, y puedas cumplirlas. Porque, como afirmó el escritor canadiense Lawrence J. Peter, “si no sabes a dónde vas, probablemente terminarás en otro lugar”.
Tus metas financieras son los objetivos que te fijas para fortalecer tus finanzas personales, sanear tu economía doméstica, planificar una aspiración en un horizonte temporal o simplemente reorganizar pagos diarios.
Cumplen un doble propósito, ya que, además del propio beneficio económico que generan, te motivan y tienen una implicación positiva también en tu ánimo: tu salud financiera mejora tu bienestar.
Pueden clasificarse en función del periodo en el que tengas previsto cumplirlas. De este modo, según el plazo, las metas financieras pueden ser:
Se trata de metas que tienen un periodo de unos días o semanas o incluso unos pocos meses. Dado el estrecho margen temporal, no suelen ser muy ambiciosas.
Se establecen en un tramo que va de 1 a 5 años y están más relacionadas con cuestiones de liquidez (disponer de un colchón para imprevistos) o adquirir un bien duradero (muebles, coche, moto…).
Superan los 5 años y suelen constituir propósitos de mayor calado, como adquirir una vivienda, ahorrar para la jubilación o para la formación de los hijos
No hay un cóctel que garantice que las metas financieras que te hayas planteado vayan a tener éxito, pero sí que hay ingredientes universales que te pueden ayudar a lograrlo:
Como paso previo antes de definir tus metas financieras, examina tu punto de partida: cuánto dinero tienes ahorrado, qué gastos mensuales tienes, cuánto te queda para la jubilación, qué inversión te gustaría realizar, cuánto riesgo estás dispuesto a asumir, etc.
¿Qué deseas que haga tu dinero? El lenguaje importa, también en este caso. Cada objetivo debe recibir un nombre específico y tener un desarrollo claro. Separa cada uno en distintas “metas volantes”, que son aquellas que, como en las competiciones ciclistas, están a mitad de recorrido y no puntúan, pero motivan.
A partir de las metas a corto, medio y largo plazo, fija cada uno de tus objetivos para saber a qué atenerte cuando tengas el calendario delante y necesites distribuir los recursos con los que cuentas.
Apunta todos los recursos económicos que necesitas para cada objetivo, de manera que puedas identificar los ingresos, los gastos fijos y los variables. No olvides incluir tus “gastos hormiga”, aquellos no planificados y que, aunque suelen ser pequeños, pueden acabar siendo un lastre para tus cuentas.
Ahorra cada mes el importe que has decidido al recibir tus ingresos, no esperes a guardar solo si te sobra a final de mes. Recuerda que tú has puesto las reglas y no debes hacerte trampas. Separa el importe en otra cuenta, una cuenta para tus metas a corto plazo (como las vacaciones), una cuenta ahorro para comprarte una casa, un fondo de inversión o un plan de ahorro para proyectos a medio o largo plazo, un plan de pensiones pensando en tu jubilación. Hay una opción para cada meta y es importante tener cada objetivo en una “hucha” diferente. Ante cualquier duda, déjate asesorar por un experto.
Se trata de una herramienta psicológica para elevar el ánimo durante todo el plazo. Una vez te hayas visualizado en la meta, desanda el camino y toma nota de todos los pasos que debes dar para llegar ahí.
Como si tu economía doméstica fuera la de una empresa, lo ideal es tus metas financieras cumplan con las cinco variables SMART: que sean simples, medibles, alcanzables, realistas y con una duración limitada.
Llevar a cabo un exhaustivo control financiero resulta fundamental para cualquier actividad empresarial, pero esta circunstancia también es aplicable para las finanzas personales. Para ello, debes registrar, administrar, documentar y, llegado el caso, evaluar las operaciones financieras llevadas a cabo.
Algunos expertos como Vlaev y Elliot consideran que "mantener el control sobre las propias finanzas" es el factor que mayor influencia ejerce sobre el nivel de bienestar financiero. Ese control financiero se refleja, entre otras situaciones, en poder llegar a fin de mes o conocer en todo momento la propia situación financiera.
Si logras introducir el control financiero en tu día a día, podrías optimizar tus recursos económicos, mejorar tu capacidad de ahorro frente a posibles adversidades que puedan surgir y, en definitiva, conseguir una mayor calidad de vida.
La planificación financiera constituye un proceso continuo y sistemático por el que puedes aspirar a lograr unos objetivos a corto, a medio o a largo plazo. Con ella, organizas, detallas y personalizas tus finanzas personales o familiares para conseguir unas metas financieras concretas.
Pero no hay una única planificación financiera, sino que hay distintas modalidades:
Esta estrategia financiera implica adoptar decisiones informadas y bien planificadas con las que podamos maximizar los rendimientos y minimizar los riesgos. Si decides invertir tu dinero, recuerda que diversificar es una forma de reducir el riesgo, especialmente si eliges fondos de inversión gestionados por expertos.
¿Sabes cuál será tu pensión pública cuando te jubiles? ¿Cuánto necesitas tener ahorrado si quieres mantener tu nivel de vida? Incluso aunque te parezca que aún queda mucho, el momento de ahorrar para la jubilación es ahora. De hecho, los expertos recomiendan empezar cuando comienzas a trabajar. Puedes hacerlo con los planes de pensiones.
Por otro lado, cada vez más empresas ofrecen a sus empleados un plan de empleo. Consulta los límites vigentes de aportaciones para saber cuánto puedes desgravarte al año y planifica tu ahorro. Si trabajas por tu cuenta, además de un plan de pensiones individual, también puedes tener un plan de empleo para autónomos.
La hipoteca, las tarjetas de crédito, algún préstamo… te ayudan a conseguir tus metas, pero debes tener en cuenta estos pagos en tu planificación económica y no llegar a un endeudamiento excesivo que pueda comprometer tu situación financiera.
Conocer la fiscalidad de los productos de ahorro e inversión te ayudará a tomar decisiones. Por ejemplo, puedes aprovechar el diferimiento fiscal que ofrecen algunos productos, como los planes de pensiones, y reinvertir el ahorro fiscal anualmente. Según las estimaciones de Inverco, esta estrategia podría suponer un 40% más de ingresos.
¿Qué pasará cuando no estés? Al tener hijos o al llegar a determinada edad es fácil que este pensamiento se pase por la cabeza. Dejar a tus seres queridos productos financieros facilita el reparto de la herencia, permite afrontar gastos y evita conflictos entre los herederos.
Nadie nace siendo un experto en finanzas. Si tienes dudas, sea cual sea el ámbito por el que decidas apostar, lo más recomendable es contar con asesoramiento experto que te ayude en la planificación de tus metas financieras.
Con todo lo que hemos visto hasta ahora, es obvio que contar con una buena planificación de tus finanzas personales te ayudará a aliviar tu día a día, a hacer realidad tus propósitos financieros o a asegurarte un ahorro para tu jubilación.
Para ello, resulta fundamental saber qué objetivos quieres conseguir y de qué tiempo dispones de cara a realizar una planificación óptima que te sirva de instrumento para lograr estas metas.
No todo el mundo tiene las mismas necesidades, y queremos que encuentres la solución que mejor se adapte a tu situación.