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16/11/2023 | 3 minutos

Finanzas conductuales

Cómo influye el sesgo del presente en tu ahorro

Cómo influye el sesgo del presente en tu ahorro

¿Has oído hablar del sesgo del presente? Es uno de los sesgos cognitivos más determinantes; es decir, una interpretación errónea y sistemática que influye en las personas. De hecho, condiciona cómo pensamos, emitimos juicios y decidimos.

Según la economía conductual, no somos racionales al gestionar nuestro dinero. Y se debe, en buena medida, a la existencia de estas interpretaciones inmediatas, casi instintivas, que nos llevan a errores.

Ahorro y sesgo del presente

Seguro que, a lo largo de tu vida, te has planteado objetivos económicos concretos. Por ejemplo, ahorrar para cambiar de coche, disfrutar de un viaje, comprar una segunda residencia o asegurarte una jubilación dorada.

Lo que en un principio son meros deseos o ilusiones adquieren visos de realidad al definirlos como objetivos específicos. Sobre todo si, de inmediato, te propones alcanzarlos y pasas a la acción.

Ahora bien, nuestra actividad diaria suele truncar estos planes del futuro. ¿Por qué sucede? Con frecuencia, la respuesta está en nuestra cabeza. Pronto te lo explicaremos con detalle.

Antes, recuerda que ahorrar es fundamental para gestionar correctamente tu economía personal. Todos sabemos, gracias a la razón, que contribuye positivamente a tener una buena salud financiera.

Sin embargo, las promociones, los descuentos, las novedades y las rebajas captan nuestra atención y despiertan nuestro interés de inmediato. Es casi automático: nuestro cerebro suele pensar en el ahora antes que en el futuro. De un modo recurrente, da más importancia a la recompensa inmediata que al bienestar a largo plazo.

Este es el motivo por el que, en tantas ocasiones, flaqueamos en tiempos de rebajas o descuentos. También conlleva compras impulsivas y genera gastos hormiga que lastran nuestro bolsillo.

Por todo ello, ahorrar para la jubilación o para alcanzar cualquier meta financiera nos resulta muy difícil. Da igual que estemos decididos a lograrlo, la tendencia al aquí y al ahora se impone. Nosotros mismos torpedeamos esa posibilidad de comprar la vivienda soñada o de hacer el viaje deseado.

El sesgo del aquí y ahora

La conducta que acabamos de describir recibe el nombre de sesgo del presente. Es el objeto de una teoría desarrollada por el economista estadounidense Richard Thaler. ¿Sabes que ganó el Premio Nobel de Economía en 2017 por sus aportaciones a la economía conductual y a la psicología?

Los especialistas coinciden al asegurar que el homo economicus también se ve influido, en gran medida, por la afectividad. Resulta paradójico, pues con este término se denominó, durante la primera mitad del siglo XX, a las personas que actúan con el único fin de lograr su máxima satisfacción. Incluso ellas, aparentemente motivadas solo por los intereses materiales, se veían influidas por los sentimientos.

¿Cómo combatir el sesgo del presente?

Llegados a este punto, un ejemplo que podría ser real nos ayudará a tomar mayor conciencia de esta circunstancia. Clara ha cumplido 35 años y, últimamente, valora la posibilidad de ahorrar para su jubilación. Tras terminar sus estudios universitarios, consiguió un empleo estable y recibe un salario interesante.

Su nómina le permite cubrir los gastos mensuales (alquiler de vivienda, desplazamientos, consumos, etc.), y darse algún capricho. Le gusta, sobre todo, ir al cine, viajar y comprar las últimas novedades en videojuegos.

Clara no lo sabe, pero los gastos imprevistos ocasionados por el sesgo del aquí y ahora frenan su capacidad de ahorro. En la práctica, nunca logra guardar algo de dinero para su jubilación. O bien se olvida, o bien carece de la liquidez necesaria.

Adquirir unos pequeños hábitos y cambiar ciertas malas costumbres le ayudarían a mejorar su salud financiera. Tú también te beneficiarás si los aplicas:

  • Haz listas de la compra: Es el mejor antídoto frente a las atractivas ofertas y promociones de los comercios. Al anotar y ceñirte a lo que precisas, controlas los gastos y dejas de aumentarlos con caprichos prescindibles.
  • Usa una tarjeta de prepago: Te permite asignar una cantidad para ocio, por ejemplo. Cuando se acaba, toca posponer cualquier nuevo gasto, para no exceder lo depositado en la tarjeta. Es un estupendo recurso práctico de control.
  • Abre una cuenta de ahorro: Si programas transferencias mensuales a ella desde tu banca electrónica, estarás ahorrando casi sin darte cuenta. Acumularás una cantidad fija cada mes.
  • Revisa tus electrodomésticos, vehículos y demás equipamientos: Al detectar posibles averías y anticiparte a los potenciales daños, reduces los desembolsos imprevistos para reparaciones.
  • Elabora un presupuesto mensual: Así controlas los gastos y los ingresos, y puedes fijar partidas para ocio. Es uno de los influjos negativos más peligrosos para tus finanzas. Recuerda, además, incluir en él un objetivo realista de ahorro.

Si actúa así, Clara conocerá y controlará sus finanzas. Sus ahorros empezarán a crecer y, con ellos, la capacidad para afrontar imprevistos. En paralelo, estará disminuyendo el riesgo del sobreendeudamiento. Es decir, mejorará su salud financiera, por lo que podrá asumir sus obligaciones presentes y cumplir sus objetivos futuros.

Como ves, desactivar el sesgo del presente es cuestión de reconocimiento, concienciación y método. ¿Te pones con ello?

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