28/05/2024 | 3 minutos
Una cuenta metas te permite alcanzar tus objetivos. Poco a poco, vas avanzando en la dirección que quieres y en función de lo que puedes aportar. Eso sí, antes tienes que hacerte una idea de las cantidades que debes guardar y elegir una cuenta que te ayude a conseguir lo que quieres.
No existe una sola respuesta, ya que depende de la meta y del tiempo que te hayas marcado para alcanzarla. A grandes rasgos, cuanto mayor sea la cantidad de dinero que guardes, más rápido vas a avanzar. Sin embargo, no se trata de reservar todos tus ingresos. Esto te impediría afrontar tus gastos mensuales, lo que sería un problema.
Para conseguir buenos resultados, necesitas estipular una cantidad de ahorro mensual basada en tus ingresos. Por regla general, en torno al 10 % es una cifra razonable para no quedarte estancado. Además, el tiempo tiene que estar adaptado al objetivo, puesto que no es lo mismo ahorrar para un coche que para una moto.
Muchas entidades bancarias ofrecen una cuenta metas para ayudarte a conseguir tus objetivos de ahorro. Normalmente es necesario ser ya cliente y suelen contratarse online a través de la aplicación del banco. Una vez abierta, tú eres quien indica las metas y el método para alcanzarlas.
Para definir el objetivo, selecciona la finalidad para la que ahorras, la cantidad que vas a apartar y la fecha máxima en la que tienes pensado terminar. No importa las metas que te marques, ya que la cuenta se adapta por completo a tus planes. Desde la reforma de la cocina hasta el viaje de tus sueños, te espera una amplia flexibilidad. Para grandes proyectos como tener tu propio hogar existen otras opciones de cuentas que permiten ahorrar para comprar una casa.
Sea cual sea tu meta, si quieres empezar a ahorrar, es recomendable que empieces a aplicar estas medidas de ahorro básicas:
El esfuerzo que tienes que hacer no depende solo de tu capacidad para reducir gastos y ahorrar. ¿Cuál es la finalidad de tu ahorro? Una vez tengas claro a qué quieres destinar ese ahorro, puedes definir la cantidad que quieres ahorrar y para cuándo la necesitas. Para ello, puedes aplicar distintos métodos para ahorrar una parte de tu dinero. Por ejemplo:
Es el método más común. Consiste en guardar una cantidad de dinero fija cada lapso de tiempo que indiques. Establece el importe que quieres apartar y mantenlo fijo en el tiempo. Por ejemplo, 100 euros una vez al mes durante un año.
Puedes establecer un porcentaje de tu nómina, de transferencias recibidas o de otros ingresos de tu cuenta.
Con el redondeo en compras, completarás cada compra con tarjeta hasta el siguiente número entero. Es decir, si gastas 1 euro 20, redondeas hasta 2 y destinas automáticamente 80 céntimos a la cuenta metas. Y, si quieres, puedes multiplicar ese redondeo hasta x4.
Además, si lo necesitas, puedes modificar las metas, pausarlas o eliminarlas si así lo deseas.
Una de las principales ventajas que te ofrece una cuenta en la que puedes configurar metas es el ahorro recurrente, aunque sea de pequeñas cantidades. Esto evita que caigas en los riesgos que supone el ahorro puntual, es decir, que te olvides durante una larga temporada. Y, si necesitas el dinero antes de alcanzar tu meta, recuerda que siempre está disponible.
Además, puedes crear varias metas en función de tus objetivos, por ejemplo, una para las vacaciones del próximo año y otra para cambiar los muebles de casa.
¿Ya sabes cuáles son tus metas de ahorro? Ahora solo tienes que reducir gastos, guardar cada mes una parte de tus ingresos y aplicar los métodos que te ayuden a ahorrar más.
No todo el mundo tiene las mismas necesidades, y queremos que encuentres la solución que mejor se adapte a tu situación.